Hubo un tiempo en el que no le tenía tanto miedo al color. Trabajaba de forma más natural e intuitiva. También me pasaba igual con el dibujo. Dibujaba y me divertía. Daba igual el tema, la técnica y el resultado. Me lo pasaba bien y probaba, espontáneamente.
Han pasado bastantes años de eso. Me he profesionalizado, y de repente todo tiene demasiada importancia: El qué, el cómo, el porqué.
Estos dibujos los hice una tarde de este verano. Precindiendo de tema y de dibujo para prestar más atención al color. Intentando esquivar la presión del quequedebonito, simplemente probando. Viendo qué funciona y qué no. Re-aprendiendo cosas que se me han olvidado. Comprendiendo, de repente, indicaciones que me habían dado profesores en la facultad (oh sí! he entendido después de más de diez años a qué se refería Garallo con supeditar)
Quizá no sea muy interesante como lector/espectador ver este tipo de pruebas, pero a mí me apetecía compartirlas :)